Es posible que en alguna ocasión hayas oído hablar sobre la importancia de desarrollar nuestras habilidades sociales.
Para que podamos comprender mejor este concepto, a continuación, te explicamos qué son las habilidades sociales y te aportamos distintas claves para practicar nuevas maneras de actuar con tu contexto social y contigo mismo/a.
¿Qué son las habilidades sociales? ¿Cuáles son las principales competencias?
Este tipo de habilidades son competencias sociales que podemos aprender y que nos ayudan a construir/mantener relaciones satisfactorias y a valorar nuestras propias necesidades. En Vaico trabajamos con nuestros clientes las habilidades sociales como psicólogos para relaciones personales.
Algunos ejemplos de habilidades sociales tienen que ver con nuestra capacidad para iniciar, mantener o finalizar conversaciones, decir no y poner límites, gestionar nuestra manera de comunicarnos ante situaciones sociales complicadas, expresar nuestras propias necesidades u opiniones, hacer o recibir cumplidos, gestionar las críticas constructivas o destructivas, aprender a cultivar la escucha activa, solicitar ayuda, pedir un cambio de comportamiento que nos molesta de otra persona, etc.
El significado y la importancia de las habilidades sociales
Como hemos podido observar, las habilidades sociales están relacionadas con la comunicación interpersonal y también con nuestra autoestima.
Esto es así porque el desarrollo de las habilidades sociales nos permite tanto desenvolvernos en diferentes situaciones sociales de manera adaptativa como asegurar nuestros propios derechos respetando de igual forma a los demás.
Aprender a desarrollar este tipo de habilidades sociales es tan importante porque podemos mejorar las interacciones que forman parte de nuestra vida en sociedad (en familia, pareja, trabajo, amigos, desconocidos…) y también porque aumentamos nuestra consciencia, prestamos atención y otorgamos valor a lo que nosotros mismos necesitamos en cada momento.
Las habilidades sociales y la asertividad
La asertividad es el estilo comunicativo caracterizado por la expresión de nuestras necesidades, deseos u opiniones a la vez que respetamos los derechos de los otros.
En otro artículo profundizaremos en mayor medida sobre este concepto, pero es importante que comprendas la relación que existe entre las habilidades sociales y la asertividad, pues gracias a la asertividad podremos expresarnos adecuadamente sin vulnerar los derechos ajenos.
Cómo trabajar habilidades sociales: 5 principales aspectos
1) Valora tus propias necesidades
Comienza a plantearte si realmente tienes en cuenta tus necesidades o sueles terminar cediendo por satisfacer las necesidades de los otros.
Obviar nuestras necesidades nos hace sentir inferiores o incluso podemos llegar a plantearnos que no merecemos lo que necesitamos.
En este punto, te invitamos a reflexionar y hacerte las siguientes preguntas. Puedes responder cada cuestión usando papel y boli:
¿Qué es lo que necesito? ¿Qué es importante para mí? ¿Cómo puedo mejorar mis habilidades sociales? ¿Cuáles son mis puntos fuertes y débiles a la hora de relacionarme con otras personas y conmigo mismo/a?
2) Cuida la manera en la que te tratas a ti mismo/a y a los demás
Como hemos visto, en ocasiones podemos llegar a plantearnos que nuestras propias necesidades son menos importantes que las de los otros. Por ello es importante que cuidemos las infravaloraciones, que evitemos excusas y que nos pongamos en acción para satisfacer también nuestras propias necesidades.
Asimismo, es recomendable que puedas darte cuenta de que cada persona percibe de diferente forma los hechos dependiendo fundamentalmente de sus experiencias personales. Que una persona piense diferente a nosotros no significa que esté equivocada o sea “malvada”, sino que lo interpreta de diferente manera a como lo vemos nosotros. Por lo que, en este aspecto, trata de evitar culpabilizar a la otra persona por pensar distinto a ti, la clave de la comunicación interpersonal estaría en intentar comprender los diferentes puntos de vista.
3) Analiza la situación social concreta y elige el momento adecuado
En cualquier tipo de interacción social, resulta imprescindible que podamos valorar el contexto y elegir la manera de interactuar.
Si por ejemplo quieres comentarle a una persona que te ha molestado algo que ha hecho, trata de hacerlo de manera individual (sin otras personas en la habitación), o si te gustaría iniciar una conversación con un grupo de desconocidos, trata de hacerlo en el momento apropiado (aprovechando una pausa de la conversación, manteniendo una distancia apropiada, respetando y evitando un lenguaje ofensivo, etc.)
Además, trata de mantener un equilibrio entre hablar y escuchar activamente. A veces, en esta sociedad “acelerada”, antes de que la otra persona finalice la conversación, ya estamos pensando en la manera de responder, o incluso llegamos a interrumpir antes de que pueda terminar. Hazte consciente de estos patrones, escucha y elabora una respuesta cuando la otra persona ya se haya expresado.
4) Cuida tu lenguaje no verbal
Nuestra comunicación no verbal forma parte del mensaje (gestos faciales o corporales, posición y orientación, proximidad, movimientos, mirada, tono…).
Observa la manera en la que te comunicas de forma no verbal con otras personas. ¿Mantienes una distancia interpersonal adecuada a cada tipo de situación social? ¿Qué tono utilizas cuando hablas con otras personas? ¿El volumen con el que hablas es siempre el mismo? ¿Mantienes contacto visual con la otra persona o tiendes a mirar hacia otro lado? ¿Tu mensaje verbal es congruente con tu comunicación no verbal? ¿Quizá nuestra comunicación no verbal interfiere y puede dar lugar a malinterpretaciones del mensaje que queremos transmitir?
5) Cuida el contenido del mensaje verbal
Cuando interactúes con otras personas, trata de hablar de manera directa, natural y respetuosa.
Considera también sus necesidades y adecúa tu mensaje verbal a tu interlocutor: utiliza un lenguaje comprensible, respeta las pausas, menciona su nombre, formula respuestas y presta atención e interés cuando habla (“sí, entiendo…”), intenta no salirte del tema de manera brusca, hazle ver su valor en la conversación preguntándole sobre su punto de vista y permítele su espacio donde decida si hablar de aspectos personales.
Por otro lado, evita interrumpirle, los comentarios ofensivos y mensajes irónicos que pueden dar lugar a malinterpretaciones, formular demasiadas preguntas, contestar con frases del tipo “y yo más”, dar consejos cuando la otra persona no lo ha pedido (“lo que tienes que hacer es…”), también ten cuidado con descalificar, establecer etiquetas (“eres un…”) o generalizaciones (siempre/nunca/todo/nada…).
Por último, para que puedas observar la manera en la que interactúas con los demás (comunicación verbal y no verbal), te proponemos la actividad práctica de grabarte a ti mismo/a hablando con otras personas.
*Si aparecen otras personas en el vídeo, es importante que de manera previa te den su consentimiento y accedan a que puedas realizar este ejercicio con su colaboración.
Además, mientras realizas el ejercicio, hazte consciente de los tipos de pensamientos o inseguridades que aparecen y date cuenta de cómo se plantea la interacción social.
Esperamos que estos tips puedan ser el comienzo del desarrollo de tus habilidades sociales. Te recomendamos que prestes atención a nuestro Blog porque iremos subiendo nuevos contenidos relacionados con la mejora de distintas habilidades sociales. A lo largo de esta temporada, compartiremos contigo diferentes técnicas y estrategias que te serán muy útiles y te ayudarán a aprender nuevas maneras de relacionarte contigo mismo/a y con los otros.
No dudes en contactar con nuestros psicólogos en Terrassa si necesitas apoyo de un profesional de la Psicología para ayudarte a mejorar en este aspecto y muchos aspectos más de nuestro día a día, estaremos encantados de poder atenderte.
– Escrito por Alicia Jiménez, Psicóloga General Sanitaria y Redactora de contenidos.